Las dificultades para hacer frente al nuevo brote de cólera en Sudán son enormes

Los más de 16 meses de guerra, las inundaciones y los continuos obstáculos de acceso suponen un enorme desafío para los equipos humanitarios que buscan proteger a la cansada población de un segundo brote letal de cólera. Además, los fondos para responder a la emergencia son insuficientes, advierten las agencias de la ONU, instando a financiar las operaciones para frenar el avance de la enfermedad.

“Las necesidades son enormes en Sudán; estamos hablando de personas que mueren de hambre, tenemos conflictos, tenemos problemas de protección, tenemos desplazamientos a diario; las necesidades son simplemente enormes”, y varias semanas de fuertes lluvias exacerban la situación, dijo Kristine Hambrouck, representante en el país de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Además del cólera, la hambruna “continúa” en el campo de Zamzam, cerca de la ciudad de El Fasher, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hasta el momento se han notificado 658 casos de cólera desde que se declaró el último brote el 12 de agosto, con 28 muertes. En el brote pasado, registrado en mayo, se produjeron más de 11.300 casos y al menos 300 decesos.

La OMS subrayó la gravedad de la situación humanitaria, detallando que al menos 12 de los 18 estados de Sudán se enfrentan ahora a tres o más brotes de cólera, además de malaria, sarampión o dengue.

Pese a la necesidad urgente de intervenciones sanitarias que salven vidas, la agencia sanitaria de la ONU afirmó que los recursos y la capacidad local para detectar y responder a los brotes siguen siendo limitados, especialmente en zonas de difícil acceso como las regiones de Darfur y Kordofán.

El cólera se esparce entre desplazados y refugiados

Mientras tanto, Hambrouck advirtió que el cólera se está extendiendo en las zonas que acogen a desplazados internos desarraigados por la violencia y a los procedentes de otros países, en particular en los estados de Kassala, Gedaref y Jazirah.

“Hemos observado un número bastante elevado de casos de cólera en Kassala; Kassala es una zona importante para nosotros, acoge a un gran número de refugiados, pero también de desplazados internos. Hasta ahora, tenemos 119 casos de cólera en tres emplazamientos de refugiados en Kassala y cinco refugiados han fallecido lamentablemente a causa de la enfermedad.”

La funcionaria de ACNUR destacó la dificultad de tratar de hacer frente a esta última emergencia en Sudán, donde los combates entre militares rivales estallaron en abril de 2023 por discordancias sobre una propuesta de transición a un gobierno civil, después del golpe militar de 2021 y el derrocamiento en 2019 del presidente Omar Al-Bashir.

“Este es sólo uno más de los desafíos que de alguna manera tenemos que volver a priorizar y asegurarnos de que se realizan las inversiones”, dijo, haciendo hincapié en que, en los campos de refugiados y los lugares de desplazamiento, “las personas viven una encima de la otra”. “Están enormemente superpoblados con los movimientos de sudaneses e igualmente de refugiados de Jartum, de Wad Madani y de Darfur a Kassala”, explicó.

Agregó que todas estas zonas están enormemente superpobladas y los sistemas de suministro de agua existentes no tienen capacidad de respuesta, “se necesitan inversiones masivas”, insistió.

Éxito de la vacuna

Una campaña inicial de vacunación ha logrado proteger del cólera a más de 50.000 personas, y cientos de miles de dosis más están en camino.

“La campaña de vacunación ya ha comenzado y hemos utilizado las 51.000 dosis que ya había en el país”, dijo el doctor Shible Sahbani, representante de la OMS en Sudán. Hablando desde Port Sudan, confirmó que la campaña de inoculación concluyó el jueves en el estado de Kassala.

“Nuestro objetivo era llegar al 97% de la población destinataria”, indicó, y añadió que la agencia de la ONU ha obtenido la aprobación para adquirir 455.000 dosis adicionales de vacunas contra el cólera, “una buena noticia en medio de esta horrible crisis”.

En otros lugares, los problemas de acceso han seguido interrumpiendo la respuesta humanitaria. “Todavía nos enfrentamos a algunos obstáculos y desafíos, bien porque hay una falta de comunicación entre los responsables de la toma de decisiones y los que están sobre el terreno, bien porque hay otras cuestiones. Por supuesto, esto se suma a otros retos debidos a las inundaciones y a la calidad de las carreteras”, añadió el doctor Sahbani.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) declaró que los 15 camiones que cruzaron a Sudán desde Chad por el paso fronterizo de Adre a principios de esta semana eran “un paso en la dirección correcta”.

Sin embargo, las condiciones de transporte siguen siendo difíciles debido a la estación de lluvias, según el portavoz de OCHA, Jens Laerke, quien acentuó la importancia de garantizar que los camiones de ayuda puedan seguir cruzando por allí “y asegurar un flujo constante de alimentos, nutrición, agua, saneamiento, higiene y suministros médicos de emergencia para la población de más de una docena de zonas en riesgo de hambruna”.

Semillas de esperanza

Entre los suministros que se están transportando a Darfur hay productos agrícolas vitales, incluidas semillas, señaló el portavoz de la OCHA. “Este es un punto importante, porque necesitan sembrar antes de que termine la temporada de lluvias. Impulsar la producción de alimentos en Sudán es una de las formas más eficaces de hacer frente a la abrumadora crisis de hambre, que no hace más que empeorar luego de más de 16 meses de conflicto.”

Desde el inicio del conflicto en Sudán, más de 10,3 millones de personas han sido expulsadas de sus hogares dentro de Sudán o en los países vecinos, según ACNUR.

Laerke subrayó que la situación humanitaria y los niveles de financiación para la respuesta de ayuda vital eran “ya precarios” antes del último brote de cólera, y que se precisan fondos inmediatos para apoyar una ampliación de los centros de tratamiento del cólera y otras instalaciones sanitarias, personal sanitario adicional y mayores reservas de fluidos intravenosos y medicamentos.

Plan de respuesta sin fondos

De los 1500 millones de dólares requeridos por ACNUR y otros socios para el Plan Regional de Respuesta a los Refugiados con el fin de proporcionar asistencia en los países fronterizos con Sudán, sólo se ha recibido el 22%. La respuesta interinstitucional dentro de Sudán sólo está financiada en un 37%.

“Creo que los niveles de financiamiento son extremadamente difíciles y no nos permiten atender todas las necesidades, tanto en Sudán como al otro lado de la frontera. Por lo tanto, esto requiere un esfuerzo internacional para asegurarnos de estabilizar al menos esta situación de cólera”, expresó la representante de ACNUR.

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